La fórmula inesperada del crecimiento personal
Reflexiono sobre dos momentos transformadores en mi vida.
El primero, cuando estudiaba física en la Patagonia: compartía mi vida con amigos transplantados de nuestras ciudades de origen, todos sufriendo por estar lejos de casa, en medio de silencios y ambientes casi contemplativos.
Ahora, visto en retrospectiva, recuerdo tanto el sufrimiento como la alegría de esa época.
El segundo momento es el presente: mi relación de pareja, formando una familia, con nuestros momentos difíciles compartidos, y la meditación que me ayuda a procesarlos.
Y resulta que "la ciencia" (https://www.youtube.com/watch?v=ouWZTq4q01o) empieza a confirmar lo que he vivido: que las transformaciones profundas requieren tres elementos que han estado presentes en ambas experiencias: la contemplación, las relaciones profundas y duraderas con otros seres humanos, y el sufrimiento.