práctica constante

La dedicación a mi trabajo en astronomía a veces se siente como vivir en un río caudaloso, otras veces se siente como vivir en un desierto.

Puede que un día solo logre trabajar 30 minutos (que parecen 2 años) y puede que otro día logre trabajar casi 20 horas (y que parezcan 10 minutos).

En un momento solamente quería trabajar en mi investigación astronómica la misma cantidad de tiempo, pero he dejado de lado esa noción y la reemplacé por otra: trabajar todos los días en astronomía.

A veces implica tener una conversación de media hora. Otros días implica estar sentado horas revisando un código o un artículo o escribiendo en un tablero, o preparar una charla, o ojeando artículos, o escribiendo algunas frases.

Ahora lo hago casi que sin importar cómo me sienta, bien o mal, motivado o desmotivado.

La astronomía es mi profesión, y lo mínimo que merece es una atención diaria, en una práctica constante que a veces se expande y a veces se contrae.

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